Letrero en un puesto de San Juan de Dios.
En tiempos de elecciones, hasta las cucarachas salen a mostrar su esplendorosa figura: los políticos no dejan las pantallas, el sonido ni los espectaculares. Me atreví a mirar al suelo, pero sólo encontré folletos de colores, papeles de partidos.
Una vez acostumbrado a esta situación asfixiante, intenté buscar una alternativa, pero sólo encontré la propuesta del voto nulo -completamente legal, por cierto-. Nada agradable; no votar no logrará que los políticos comiencen a decir "Ay, no votaron... será que somos muy malos. BUENO, creo que ya es tiempo de dejar de robarles y de comprarnos casitas", por el contrario, anular los votos sólo facilitará que los partidos con votos asegurados ganen: de nuevo la misma mierda.
Después de ignorar todo el ruido y sumergirme en el ATERRADOR silencio, intenté razonar qué podríamos hacer y pensé que la solución era teóricamente sencilla, pero ahora que recuerdo mi clase de cálculo creo que tanta teoría rara vez se pone en práctica: no sabemos LEER. Si fuéramos un país que en vez de apoyar algún partido por su publicidad, apoyara a un candidato por la congruencia entre sus palabras y sus actos... si fuéramos un país que defendiera su dignidad, un país que se informara leyendo -y no sólo viendo la televisión-, podríamos hablar del orgullo de tener los gobernantes que nos merecemos. Por ahora sólo nos queda decir que sí los tenemos, pero agachando la cabeza por vergüenza.
La nueva propuesta, a corto plazo, la encontré por unas etiquetas que las personas rumoraron haber encontrado en un baño para mujeres: La Marcha del Hartazgo, el sábado 27 de junio, en Av. Vallarta y Enrique Díaz de León, como a las 10 u 11 de la mañana. Creo que asistir no asegura que el destino del mundo cambie, pero como dirían las abuelitas: de flor en flor se hará el jardín.
Cayendo por sueño, aun puedo darme cuenta de que la responsabilidad del periodista, es la misma que el ciudadano no ha podido cumplir, es una tarea de todos y para todos. ¿Pero quién soy yo para hablar de periodismo, si solo soy un blogger? Sencillo, soy un CIUDADANO, y serlo no significa no tirar la basura en la calle, porque la ciudad no está formada por banquetas o edificios, sino por la GENTE que vive en esas construcciones... y por la gente que no tiene construcciones donde vivir.
El panorama es gris, pero si no empezamos ahora, no es justo que esperemos que la solución caiga del cielo junto a la lluvia ácida. Esperando mover la conciencia en la rueda de hámster de alguna cabeza, me despido deseando a todos un feliz año nuevo.
Una vez acostumbrado a esta situación asfixiante, intenté buscar una alternativa, pero sólo encontré la propuesta del voto nulo -completamente legal, por cierto-. Nada agradable; no votar no logrará que los políticos comiencen a decir "Ay, no votaron... será que somos muy malos. BUENO, creo que ya es tiempo de dejar de robarles y de comprarnos casitas", por el contrario, anular los votos sólo facilitará que los partidos con votos asegurados ganen: de nuevo la misma mierda.
Después de ignorar todo el ruido y sumergirme en el ATERRADOR silencio, intenté razonar qué podríamos hacer y pensé que la solución era teóricamente sencilla, pero ahora que recuerdo mi clase de cálculo creo que tanta teoría rara vez se pone en práctica: no sabemos LEER. Si fuéramos un país que en vez de apoyar algún partido por su publicidad, apoyara a un candidato por la congruencia entre sus palabras y sus actos... si fuéramos un país que defendiera su dignidad, un país que se informara leyendo -y no sólo viendo la televisión-, podríamos hablar del orgullo de tener los gobernantes que nos merecemos. Por ahora sólo nos queda decir que sí los tenemos, pero agachando la cabeza por vergüenza.
La nueva propuesta, a corto plazo, la encontré por unas etiquetas que las personas rumoraron haber encontrado en un baño para mujeres: La Marcha del Hartazgo, el sábado 27 de junio, en Av. Vallarta y Enrique Díaz de León, como a las 10 u 11 de la mañana. Creo que asistir no asegura que el destino del mundo cambie, pero como dirían las abuelitas: de flor en flor se hará el jardín.
Cayendo por sueño, aun puedo darme cuenta de que la responsabilidad del periodista, es la misma que el ciudadano no ha podido cumplir, es una tarea de todos y para todos. ¿Pero quién soy yo para hablar de periodismo, si solo soy un blogger? Sencillo, soy un CIUDADANO, y serlo no significa no tirar la basura en la calle, porque la ciudad no está formada por banquetas o edificios, sino por la GENTE que vive en esas construcciones... y por la gente que no tiene construcciones donde vivir.
El panorama es gris, pero si no empezamos ahora, no es justo que esperemos que la solución caiga del cielo junto a la lluvia ácida. Esperando mover la conciencia en la rueda de hámster de alguna cabeza, me despido deseando a todos un feliz año nuevo.
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